Cómo Tener un Buen Día – Parte 1 de 2
Cómo Tener un Buen Día
Y, Por Qué Elegir Ser Feliz.
Parte 1 de 2.
¿Te has sentido atrapado en una rutina diaria o que te preguntes cómo ser feliz? ¿Te has sentido frecuentemente irritado, malhumorado y sin inspiración? ¿Alguna vez has tenido días donde no importa lo que hagas o cuánto lo intentes, todo parece salir mal?
¿Te ha llegado a parecer que todos los demás son más felices, o incluso, más exitosos que tú? ¿Sientes que tus días son predecibles o tediosos, y tienes una sensación de intranquilidad?
Cuando nos sentimos estresados y ansiosos podemos llegar a tener síntomas físicos en nuestro cuerpo como el aumento del ritmo cardíaco, mareos o dolores de cabeza, respiración rápida, fatiga, problemas digestivos, dolor, temblores o tensión muscular, problemas para dormir, sudoración y te pueden aumentar tus niveles de cortisol.
Ni que decir que, durante periodos prolongados de tiempo se pueden llegar a desarrollar enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes o incluso depresión y trastorno de pánico.
También, cuando nos sentimos estresados y ansiosos tenemos manifestaciones mentales o emocionales inminentes como pueden ser los sentimientos de enojo, frustración, fatalidad, pánico, miedo, nerviosismo, dificultad para concentrarte, inquietud y preocupación.
Como resultado de estas manifestaciones físicas, mentales y emocionales, es más probable que regañes a tus hijos, te enojes con tu pareja o con tus colegas, te irrites de más en el trabajo o en tu casa, termines más estresado o sintiéndote infame… lo que, en consecuencia, puede empeorar tu día.
Las Causas de Estrés que Afectan Tu Día a Día y a Tu Felicidad
Los factores estresantes a corto plazo, en realidad pueden beneficiar nuestra vida de alguna manera. Asimismo, las válvulas de escape positivas nos ayudan a sentir una liberación emocional y nos ayudan a equilibrar nuestra salud mental para el manejo efectivo del estrés.
Sin embargo, las causas más pequeñas, como los viajes largos diarios al trabajo y las mañanas apresuradas, se pueden acumular con el tiempo. La depresión o la ansiedad se suman a la tensión emocional que podemos llegar a sentir. Si en tu vida te sientes agobiado todos los días de la semana, puedes estar experimentando estrés a largo plazo o estrés crónico.
Los grandes causantes del estrés incluyen problemas de dinero, problemas legales, problemas laborales, conflictos de pareja o la pérdida de un ser querido. El envejecimiento, una nueva enfermedad o las complicaciones de salud propias o de alguien cercano, también pueden llegar a aumentar muy considerablemente tus niveles de estrés.
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), reporta que, más de la mitad de las personas que cuidan de algún enfermo en Estados Unidos, se sienten agobiados y cansados por la cantidad de atención y tiempo que necesitan sus familiares.
De este mismo modo, las discusiones familiares pueden aumentar tus niveles de estrés, aunque no estés directamente involucrado. Los eventos de la vida o de las personas más cercanas a ti que te hacen cuestionar sobre tus propias creencias, también pueden causar estrés.
Cuando te sientes incapaz de relacionarte con alguien o de expresar tus emociones y no puedes, te puede ocasionar estrés adicional. No solo cambiarte de trabajo o mudarte de casa pueden causarte una gran cantidad de estrés, sino también, la jubilación, el matrimonio, las deudas de las tarjetas de crédito, las rentas, los problemas para mantener a tu familia y los problemas financieros son una fuente de estrés en nuestras vidas.
Si alguna vez has luchado, en tu vida y en tu mente, por superar los sistemas de creencias negativos y poco útiles que hay dentro y fuera de ti, sabes que pueden hacerte sentir deprimido, ansioso, triste o aislado, además de impactar físicamente tu cuerpo.
A causa de todos los ejemplos anteriores, hora tras hora, día tras día, nuestra mente está escuchando todo lo que le decimos y responde directamente a las instrucciones que le estemos dando. Nuestra mente hará exactamente lo que crea que queremos que haga y lo que cree que es mejor para nosotros y cómo nos deberíamos sentir.
Dado que nuestro cerebro responde con una reacción fisiológica natural para mantenernos con vida, activará una respuesta al estrés para tratar de ayudarnos a evitar, luchar o huir de lo que cree que nos causa dolor o peligro.
La buena noticia es que tú puedes aprender a guiar tu mente sobre el control de tus propias emociones muy rápidamente. Una vez que sepas cómo, podrás aprender a tener un buen día y a elegir ser feliz.
¿Qué es la Felicidad?
La misma Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, sostiene como un derecho “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Pero, ¿qué es exactamente la felicidad?
La felicidad es una experiencia subjetiva, en consecuencia, lo que te trae euforia a ti, no necesariamente le traerá euforia a otra persona. Es una experiencia interna -no necesariamente tiene que ser expresada-, y varía en grados, desde una leve satisfacción hasta una euforia salvaje. El disfrute o la satisfacción percibidos pueden durarnos unos momentos o extenderse a lo largo de toda la vida.
La felicidad se define como un afecto positivo, o un estado de ánimo o emocional, provocado por pensamientos y sentimientos positivos, que contrasta con estados de ánimo bajos, negatividad y pesimismo.
Dale Carnegie, empresario y escritor estadounidense, escribió en su famoso libro “Como Ganar Amigos e Influir en las Personas”: “No es lo que tienes, ni quién eres, ni dónde estás ni lo que estás haciendo lo que te hace feliz o infeliz. Es en lo que piensas.” Demostrando que era consciente de que la felicidad es un viaje interior, y no un lugar al que puedes ir o llegar, o a un nuevo teléfono móvil que puedes comprar. Por tanto, se refiere a la felicidad como un estado mental, y a que, esencialmente, si piensas en ser feliz, podrás ser feliz. Si piensas en estar triste, estarás triste.
Por otro lado, el “Informe Mundial de la Felicidad” de 2016 de las Naciones Unidas, midió los niveles de felicidad de los países, respecto a lo reportado por sus propios ciudadanos. Los cuatro países más felices se identificaron como altamente desarrollados y como prósperos, destacando en el primer peldaño Dinamarca como la nación más feliz. Con ese resultado, es fácil presuponer que el efecto positivo de la felicidad está ligado con la riqueza.
Pero…
¿Puede el Dinero Realmente Comprar la Felicidad?
El profesor de economía de la Universidad del Sur de California, Richard Easterlin, descubrió que este no es el caso. Sus hallazgos, conocidos como la Paradoja de Easterlin, contradicen las suposiciones populares de que las personas ricas disfrutan de vidas más felices.
Mientras que en otro estudio de 1987, de Kimberly A. Daubman y Gary P. Nowicki de la Universidad de Maryland, “Positive Affect Facilitates Creative Problem Solving” (“El Afecto Positivo Facilita la Resolución Creativa de Problemas”), publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, encontraron, en cambio, que el afecto positivo antes del éxito, sí aumenta nuestras capacidades intuitivas y nos permite lograr más cosas cuando nos sentimos bien.
Entonces, ¿Cómo Puedo Ser Feliz?
La felicidad es tanto un sentimiento como una elección, y es una elección que puedes hacer hoy.
Comienza diciéndote estas tres palabras: “Elijo la felicidad”. Al decidir ser feliz de esta manera, te embarcas en un viaje que casi inmediatamente transforma tus sentimientos. Esto preparará el escenario para realizar los tipos de cambios que promueven la felicidad a largo plazo.
Tienes mucho más control sobre tu bienestar de lo que crees. Puedes comenzar a ver esto más claramente si comienzas a explorar las razones por las cuales la felicidad existe en tu vida. Tómate un momento para hacer esto ahora.
Tal vez pienses, en primer lugar, en cosas negativas de tu vida. Si bien es entendible que cualquier cosa negativa puede minar tu felicidad, ten en cuenta que todos estos factores también pueden ser controlados e influenciados por ti mismo. Si eliges trabajar en tu propia felicidad, tienes mucho poder para crear una vida mejor.
La Felicidad Es Una Opción, y Tú Tienes la Opción.
Elegir realmente ser feliz, implica considerar dos factores específicos:
El primero es mirar los aspectos negativos que contribuyen a tu infelicidad y hacer los cambios en tu vida que te ayuden a abordar esas fuentes de insatisfacción.
El segundo componente para elegir ser feliz, implica que tenemos que hacer un ajuste de perspectiva. Eso significa que, puedes cambiar de una perspectiva de carencia a una perspectiva de abundancia. Por ejemplo, puedes considerar que tienes razones válidas en tu vida por las cuales sentirte agradecido, sentirte inspirado y para sentirte conectado con quienes te rodean.
En suma, mantén siempre presente que, la felicidad viene desde adentro de nosotros mismos.
“Si Quieres… ¡Sucede!”
José Karlos®
Estimado lector: Esta publicación es solo para fines informativos. No pretende ser un sustituto de asistencia profesional adecuado o un tratamiento personal de salud por parte de un médico calificado.